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viernes, 13 de enero de 2012

Aceptar: Pedir Aceptar or Aceptar pedir.

Esta es una historia personal. No se si todo el mundo pasa por algo parecido alguna vez, pero es realmente fascinante…

Hace unos años atrás tome una decisión que sin pensar iba a cambiar mi vida radicalmente. Estaba casada y decidí separarme. Las razones ya no importan, lo cierto es que en esa época fue muy difícil aceptar que ya no era quien creía ser. El divorcio me dejo sin nada material. Perdí mi casa, mis perros, los amigos hipócritas que estaban en mi vida, el titulo de “esposa”, perdí mi trabajo, me mude y me encontré un día sin ninguna de las etiquetas que me habían definido en los últimos diez años…

Así fue como aprendí de la rabia, el dolor, la tristeza, y el coraje. Eran sentimientos que creo no haber sentido tan intensamente antes.

En esa misma época conocí a un ser mágico, real, pero muy mágico que me enseño a enfrentar cada uno de esos sentimientos de manera personal. Que significaban para mi y porque estaba pasando por esa situación desde el punto de vista espiritual.

Una noche, cansada ya de continuar, me acosté y pedí entender porque estaba pasando por eso, porque habían pasado las cosas como pasaron, y me encontré a media noche en lo que yo llamo la escuelita: un sitio donde voy cuando estoy dormida y hay alguien con mucho amor que me enseña la parte espiritual de la experiencia terrenal. Vi como las vidas pasadas se entrelazaban con mi situación actual, entendí que yo había pedido conscientemente años atrás conocer a alguien que me llevara a evolucionar como espíritu. Y el divorcio me despertó espiritualmente.

En la escuelita aprendí a aceptar quien no soy y que si soy. En el momento que el odio, la rabia, el coraje, y la tristeza me consumieron y me cansaron, aprendí que estaba aceptando que yo no soy una etiqueta: esposa, compañera, una persona con tres perros, dueña de casa con ropas lindas, una profesional con trabajo estable, amigos por doquier, porque todo lo perdí, ya no era eso. Acepte que estaba en la banca rota, con deudas que no podía pagar ni ingresos con que mantenerme. Hubo semanas que no tenia sino lo necesario… y así cuando acepte que no era ninguna de esas etiquetas y nada de eso me representaba ya, vi que en el fondo seguía siendo la misma: un ser espiritual y que lo material de este plano no me define.

En esa época, acepte como ser espiritual caminar día a día con los ojos y la mente abierta a nuevas experiencias espirituales. El aceptar vivir de una manera leal a lo que soy como espíritu me abrió las puertas a la magia de ver el mundo como lo que es. Y comencé a meditar más seguidamente.

La primera meditación que hice estando a distancia de mi compañero mágico y espiritual fue una sorpresa. Pedí aceptar y entender la energía. No se que paso en la meditación pero un momento era yo y al otro era pura energía: brillante, y veía que todo también tiene energía: los objetos, los seres, los animales, las plantas. Era tan brillante todo que tuve que salir de la casa a ver si estando afuera se me pasaba el efecto visual de la meditación. Cerca de la casa había un supermercado. La energía que emanaba era particular, entre en el local y le vi la energía a la carne, a los vegetales, a los diferentes alimentos empacados y a partir de ese día deje de comer los alimentos que sienten tienen una energía que no necesito. Al salir de allí vi que las personas emiten fuertemente energía. Lo sepan o no. Es maravilloso ver personas que están balanceadas e impresionante ver como hay quienes están tristes, angustiados, o enfermos.

Acepte entender la energía de las situaciones y las personas. Como esta energía cambia y podemos aprender a balancearla, pero balancear la energía significa entenderla desde lo más negativo hasta lo más positivo. Ya no puedo vivir la vida pretendiendo que todo es lindo y no hay maldad.

Aun no se mucho de energía. Algunas noches en la escuelita me enseñan más y más. Por sincronicidad me llegan libros que explican lo que necesito entender. Y con la práctica entiendo más. Los libros son buenos, pero la práctica con los dioses es mejor.

Acepte que no todo el mundo esta en el mismo camino espiritual y esta bien. Solo me reúno ahora con personas realmente honestas y con energía positiva. Y utilizo mis rituales para entender más donde estoy espiritualmente.

Acepte perdonarme por los errores cometidos, y dejar ir la situación en paz y amor y deseando todo lo mejor a quienes deje en el pasado. El odio, la rabia, el coraje, el miedo y la tristeza tiene su cometido espiritual y aprendí de ellos.
                                                         
Aceptar entender para mí es el primer paso, pedir entender es el segundo. 

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